Durante largo tiempo, a pesar de que China haya logrado una serie de éxitos en sentidos de la estabilidad duradera, el desarrollo acelerado y la eliminación de la pobreza extrema, y a pesar del hecho de que el Partido Comunista de China (PCCh) haya ganado el apoyo de la gran mayoría de los ciudadanos chinos, China sigue siendo un país sin democracia y derechos humanos según la retórica de algunos medios occidentales. ¿Pero eso concuerda con la verdad? ¿Cómo es la democracia en China? ¿Cómo evaluar si el sistema político de un país es democrático, efectivo o no? ¿Intenta China exportar el sistema chino? Me gustaría plantear lo siguente:
1. El PCCh aboga por la democracia popular, que es una democracia en todo el proceso consistente en los siguientes elementos: un sistema de gobernación democrática popular, que garantiza la condición del pueblo como el dueño del país; una estructura de gobernación del sistema de las asambleas populares, a través del cual el pueblo ejerce efectivamente el poder estatal; un sistema de cooperación multipartidaria y consulta política bajo la dirección del PCCh, que mitiga las deficiencias del exceso de debates sin decisión y ejecución, la falta de supervisión en un sistema unipartidario y la competición destructiva en un sistema multipartidario; un frente único patriótico que promueve sistemáticamente las relaciones armoniosas entre distintos partidos políticos, grupos étnicos, religiones, clases sociales y entre los ciudadanos chinos dentro y fuera del país; un sistema de autonomía étnica regional, que tanto garantiza la cohesión y unidad nacionales como la condición del pueblo de diferentes etnias como dueño del país; un sistema de autogobierno a nivel de comunidad, que promueve la democracia de base y a través del cual los residentes locales ejercen directamente sus derechos democráticos de administrar sus propios asuntos sirviendo a sus comunidades, emprender la autoeducación y la supervisión pública.
Los diputados de las asambleas populares son plenamente representativos del pueblo. Vienen de todas las regiones, grupos étnicos, sectores y grupos sociales, y trabajan a los niveles nacionales, provinciales, municipales, distritales y de aldeas. Hasta finales del 2020, 2,62 millones de diputados sirven en las distintas instancias de asambleas populares, entre los cuales, un 94,5% son diputados a nivel distrital y de aldeas. Las sesiones anuales de las asambleas populares se convocan desde la base hacia arriba, es decir, de nivel de aldeas, distrital, municipal, provincial y luego nacional, para que la voluntad y las voces del pueblo sean realmente reflejadas y reportadas. Cerca de 3.000 diputados de la Asamblea Popular Nacional (APN) concurren anualmente en la sesión de la APN con la presencia de los dirigentes del Partido y el Estado para abordar los planes para el desarrollo nacional y los temas relacionados con la vida del pueblo, integrando de esta manera las aspiraciones del pueblo en la agenda nacional.
En China, a parte del PCCh, existen otros ocho partidos políticos. Bajo la bandera conjunta de la democracia popular y con apego a los principios de coexistencia duradera, supervisión recíproca, sinceridad y unidad tanto en la adversidad como en prosperidad, el PCCh y los ocho partidos políticos han creado un nuevo sistema de partidos políticos con distintivas características chinas y fortalezas. El sistema de partidos políticos no es un sistema unipartidario, ni uno donde los diferentes partidos pelean por el poder y gobiernan en turno, sino uno de cooperación multipartidaria en el que los ocho partidos participan plenamente en la administración del Estado bajo la dirección del PCCh.
2. Durante largo tiempo, un pequeño grupo de países propagan los principios de una persona un voto y la competición entre partidos políticos del sistema electoral occidental como los únicos criterios de la democracia. Sin embargo, siempre creemos que la democracia es un valor común de toda la humanidad que supera las diferencias en ideologías, sistemas sociales y niveles de desarrollo. Es un derecho de todos los pueblos en vez de una patente de algún país particular.
En el mundo hay más de 200 países y regiones, 2.500 etnias y 7.000 millones de personas. Cada país tiene sus propias condiciones nacionales. La democracia y la política de cada país son particulares y resultados de evolución y perfeccionamiento de largo plazo a base de sus propios legados históricos, tradiciones culturales y bases de desarrollo socio-económico. Se arraigan en las tradiciones históricas y culturales de cada país y se evolucionan gracias a las prácticas y creaciones de su pueblo.
La democracia no es un adorno para salvar las apariencias, sino para dar soluciones reales a los problemas que aquejan al pueblo. La clave para evaluar si un país es democrático o no es ver si su pueblo es el verdadero dueño del país. Hay que ver si el pueblo tiene el derecho a voto pero más importante aún, el derecho a participar de manera extensiva; si formulan algunas promesas electorales, pero más importante aún, cuántas de estas han sido cumplidas despúes; si los sistemas y leyes del Estado establecen procedimientos y reglas políticos, pero más importante aún, si estos han sido realmente aplicados; si las reglas y procedimientos para el ejercicio del poder son democráticos, pero más importante aún, si el ejercicio del poder es realmente sujeto a la supervisión y tiene contrapesos. Es en sí antidemocrático el evaluar los diversificados sistemas políticos en el mundo con criterios únicos y las multicolores civilizaciones políticas de la humanidad con una visión monocromática.
3. El mundo de hoy se encuentra en medio de cambios no vistos en una centuria. Es un mundo lleno de oportunidades y esperanzas pero también de riesgos y desafíos. Siempre creemos que los países del mundo tienen el derecho a elegir su propio sistema y modelo políticos acordes con sus realidades nacionales y bien pueden explorar su propio camino democrático. Los diversos países deben promover el intercambio y el aprendizaje recíproco a base del respeto mutuo y la búsqueda de puntos comunes más allá de las diferencias para enriquecer y desarrollar la civilización política de la humanidad.
China está dispuesta a intercambiar plenamente con los países del mundo sobre el tema de la democracia con una actitud abierta e inclusiva. Todos los caminos democráticos soberanamente elegidos por los pueblos merecen ser respetados. Debemos promover el desarrollo pacífico, salvaguardar la justicia y equidad, defender y construir la verdadera democracia e incrementar el bienestar del pueblo. Es la única vía para lograr la sinergia entre todas las civilizaciones hacia un futuro mejor.
(Tang Heng, Embajador de China en Costa Rica)